Los platillos volantes llegaron a Google de forma inesperada y los internautas siguen sin tener una explicación clara a su aparición. El pasado 15 de septiembre, la página principal del célebre buscador mostraba una serie de señales extraterrestres en un campo de maíz. Previamente, el día 5, otro logo mostraba a un ovni aduciendo una letra o del logo. El día del segundo avistamiento, Google añadió en su canal de Twitter dos críticos números: 51.327629, -0.5616088. Se trataba de dos coordenadas que, introducidas en Google Earth, muestran la localidad de Woking, en Reino Unido. En aquel pueblo aterrizó el primer ovni que visitó la tierra en la pionera novela de Herbet G. Wells La guerra de los mundos, publicada en 1898. Ayer precisamente se cumplieron 143 años del nacimiento de Wells.
Google tiene el hábito de cambiar su logotipo, diseñado originalmente por Ruth Kedar, para ocasiones señaladas, como los Juegos Olímpicos, el Día de la Tierra o la llegada de la primavera. A veces sorprende con ocasiones menos conocidas pero igualmente celebradas por la empresa, como el nacimiento del primer astrónomo que cartografió Marte, Giovanni Schiaparelli, para quien dibujó dos cráteres rojos, o el del artista Jackson Pollock, en honor del cual reprodujo uno de sus abstractos lienzos.
En la web google.com/logos se encuentran todos los diseños publicados hasta la fecha. Una aplicación del navegador Firefox permite, además, convertirlos en el logo predeterminado. Entre ellos hay celebraciones específicas de cada país, como el de la independencia de Brasil o el del dibujo animado Doraemon para Japón. El 6 de junio de 2008 se diseñó uno con Las Meninas para conmemorar el nacimiento de Velázquez y el 29 de septiembre de ese mismo año otro para el aniversario de Miguel de Cervantes, con un Quijote enfrentándose a un molino de viento. Todos ellos visibles sólo para internautas españoles.
El asunto de los extraterrestres, sin embargo, sigue siendo un enigma. Google no ha aclarado a qué se debe la personalización del logo. Los foros de Internet y los canales de Twitter arden con teorías de todo calado que trascienden la explicación más simple, la del cumpleaños de Wells.